lunes, 16 de julio de 2012

NUESTRO BIOCOMPUTADOR NO BORRA NADA




Desde el primer mes de tu concepción, construimos un biocomputador que registra hasta el hecho más insignificante y equivocadamente consideramos que se borran automáticamente.  Todas nuestras experiencias quedan así en el pasado en un archivo que puede borrarse en un computador ordinario pero nunca en nuestras mentes. Quizás esto sirva para entender por qué los jefes guerrilleros colombianos borran sus computadores y más adelante los expertos pueden leer sus documentos.

La historia que a continuación se consigna, del padre argentino Larrañaga, ratifica la certeza del conocimiento antes expresado. Desde el punto de vista psicopedagógico tanto para educadores como para padres, nos brinda una extraordinaria oportunidad de capacitación  para entender la vida secreta y muchas veces amarga  de nuestros estudiantes y en general de todos los seres humanos con los cuales tenemos contacto.





UNA HISTORIA REAL DEL PADRE LARRAÑAGA


Cecilia tiene 2 hijos varones, el mayor de 10 años y el menor de 7.
El menor comenzó hace unos años con una patología neurológica que no se podía definir, y consistía en frecuentes convulsiones.

Me llamó la atención que cuando yo atendía a Cecilia, ella nunca se desprendía de su celular, estaba siempre atenta por si la llamaban del colegio por alguna convulsión del niño, motivo por el cual salía corriendo de donde ella estuviese.



El neurólogo consultado les dijo que lo que tenía su hijo, solamente podía ser operado en Canadá, previos estudios también en Canadá.
Los estudios eran de por sí complicados porque eran a cerebro abierto, y dependía de los resultados de los mismo si podía ser operado o no...
Viajó toda la familia a Canadá, estuvieron 1 mes, se hizo todo lo que se debía y pusieron fecha para la operación: septiembre/octubre de 2010. Costo de la operación: Us$ 190.000.
Alguien le habló a Cecilia del padre Ignacio Larrañaga de Rosario (Argentina), y llevada por la desesperación (cada día convulsiones más seguidas) y en búsqueda por lo menos de algún consuelo, viaja a rosario.
El padre le dijo que le relatara algo de la vida del su hijo, cómo fue la circunstancia de su nacimiento, su vida, etc...
Cecilia comienza diciéndole que cuando ella quedó embarazada, no fue una alegría, en realidad no quería tener ese bebé (experiencia que el feto registró desde su primera manifestación).
Pero al final decidió seguir adelante con el embarazo.
Y que ahora lo adoraba, y que lo mejor que hizo en su vida fue seguir adelante.
El padre le dijo que esa noche, se acostara con su hijo y le contara todo esto que ella le relató a él.
Cecilia espantada le dice:
"pero padre!! Sólo tiene 7 años!!" y el sacerdote insistió:
"cuéntale" y después le vas sacando la medicación.

Así lo hizo, se acostaron juntos y Cecilia de a poco fue dirigiendo el tema a ese punto.
Comenzó contándole desde que se conocieron con su padre, que se amaron mucho, que nació el primer hijo y que todo era felicidad, pero que cuando quedó embarazada de él, no estaba muy contenta, porque las circunstancias eran distintas, ella era muy joven y no podía con otro hijo y todas las implicaciones y problemas que ello implica; pero que ahora estaba muy feliz de tenerlo y que lo amaba más que a nada en su vida y que estaba muy arrepentida de haber tenido ese sentimiento.
El niñito la escuchaba muy atentamente sin decir palabra y cuando Cecilia terminó solamente dijo:
"gracias mami! volví a nacer!"
Facundo nunca más volvió a tener ni una nueva convulsión. No obstante fueron a la visita programada con anterioridad al neurólogo, y la realidad es que facundo se había curado. Obviamente el médico no salía de su asombro; entonces Cecilia le confesó que fue a ver al padre Ignacio y que ella por su cuenta se había atrevido a sacarle la medicación a la mitad de la dosis.

Como ya estaba todo contratado en Canadá, y hasta los pasajes comprados, el médico les dijo: "devuelvan los pasajes, estas cosas ocurren".

Tenemos que comenzar a aceptar que las enfermedades son totalmente originadas en la mente que luego se transmiten al cuerpo. Hemos llegado al momento de tener presente esta circunstancia que en el 99% de los casos se traduce en el desasosiego, la inconformidad y otras manifestaciones que inciden poderosamente en el mundo y el conocimiento psicopedagógico.
Destacamos lo que hizo Cecilia, porque no es fácil hablar así con un hijo y mucho menos si pensamos que todo lo que hacemos a nuestros hijos queda marcado de manera indeleble y afecta sensiblemente su futuro en la totalidad de sus actos y pensamientos.
He ahí la explicación de los comportamientos extraños y del bajo rendimiento de nuestros estudiantes que de manera inconsciente se pierden en un mundo que consideran extraño o enemigo y que en el caso de Facundo llegó hasta las convulsiones.

por ahora no vamos a comprender todavía la realidad trascendental del caso estudiado que nos ubicará en un nivel superior profesional tanto como educadores y como padres de familia frente a la indispensable comprensión de nuestros  estudiantes, hijos, compañeros y todos los seres humanos que vamos perdidos por la vida.  

Jaime Correales Jiménez
Presidente Interasesores S.A.

1 comentarios:

Franklin Fonseca dijo...

Todas las acciones que realizamos como docentes son percibidas por el biocomputador de nuestros estudiantes. Frente a esta realidad surge la gran responsabilidad de actuar de tal manera que las experiencias que propiciemos en nuestros estudiantes seas enriquecedoras en un 100%. También surge el compromiso personal de estar atento a lo que hago y digo ya que muchas de mis acciones quedarán en la mente de mis estudiantes.

Franklin Fonseca.
Docente C.M.A.

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